Ø LOS PACIENTES GRAVES O INGRESADOS EN UCI Y CORONAVIRUS
Al margen de posibles consecuencias somáticas de haber sufrido una infección grave, como lesiones sobre cuerdas vocales por intubación, efectos secundarios medicamentosos y posible fibrosis pulmonar, desde el punto de vista mental, la repercusión psicopatológica es mucho más importante y severa que la antes descrita para los mayores.
El ingreso en UCI es en sí mismo traumático para la salud mental. Es de sobra conocido el síndrome post UCI, en el que a los efectos secundarios físicos (atrofia muscular, dolor) y cognitivos, se suman a veces desorientación, delirios y alucinaciones.
El estrés negativo es máximo tanto para los de UCI como para los de PRE –UCI, porque ambos están muy cerca de la muerte y ven morir a sus compañeros de habitación.
Todo esto originará que los supervivientes tengan un riesgo mucho mayor de desarrollar trastornos mentales posteriores como depresión y TEPT que aquellos otros que han sufrido solamente síntomas leves o los efectos de la cuarentena.